ESCUCHO


Escucho por un oído al amor desajustado
y por el otro escucho al mundo unido.
Es como un caballo partido a la mitad
corriendo sobre una cantera con un abrigo de moscas.

La última pasión se esconde
en el cerro flojo de su nariz sumisa
donde las casas viajan separadas
dando golpes de mandíbulas al vacío.

Escucha al amor
una langosta gruñendo al océano
escucha al hombre
un hormigón de poros que hierve
desarmado por un cornazo.

Con un ojo está desplumándose
y si abre el otro arrollándose como humedad
atornillado a la fiebre
a la paciencia humilde de un alma
que vaga en la despuntada
forma punzante de azúcar
de una mazmorra.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares